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entorno.
Bajaron un tramo de escalera y luego otro. En unos nichos de las paredes flameaban
antorchas, y aqu y all haba lmparas de aceite antiguas, las justas para convenir la
atmósfera positivamente estiga en absolutamente lóbrega. Haba celdas a lo largo del
camino, y Bill oyó extraos sonidos chillones, como s murcilagos estuvieran dndose un
banquete de algo que no les gustase. Pero Bill no hubiera podido decir de qu se trataba
realmente, y las investigaciones posteriores revelaron que provenan de una mquina
instalada por los vareados para producir sonidos atemorizadores. No era por casualidad
que se tuviera a los vareados por una de las razas ms sutiles de la galaxia. Por supuesto
que su alta y alargada estatura ayudaba. Las criaturas que tienen un aspecto tan cómico
como los vareados, con sus pelambreras anaranjadas de punta, sus anchos y encorvados
hombros y su aire de frentica distracción, estn en condiciones de desarrollar sentido del
humor, cuyo concomitante invariable es la inteligencia para evitar que se ran de ellas.
Una vez que esto est en marcha, le siguen otras formas de inteligencia. Los vareados no
haban tenido an demasiado tiempo contado en eones, como para pasar ms all del
primer estado de desarrollo de formas de evitar que se rieran de ellos.
Incluso se sentan humillados porque no figuraban en el Diccionario normativo de las
razas aliengenas de Morrison, ni siquiera en el apndice bajo razas aliengenas (altas)
Recientemente se haban hecho varios documentales acerca de ellos, el ms notable era
el de Sloan Buster, titulado Delgados, que mostraba a los vareados bajo una luz
demasiado favorable en general. Los comerciantes de Vareado haban aparecido
ocasionalmente en el espacio dominado por la Tierra, pero tendan a evitarlo ya que los
humanos se rean de ellos. En su propio planeta, de todas formas, podan organizar las
cosas ms de acuerdo con sus necesidades. Se jactaban diciendo: No te reirs de
nosotros en Vareado
A causa de su necesidad de ser tomados en serio, los vareados llegan a situaciones
lmite para mantener una pompa y circunstancias impresionantes. As, cuando Bill fue
introducido en la amplia habitación, lo primero que advirtió fue el alto escritorio emplazado
por encima del suelo, de modo que los tres jueces vareados con sus togas negras y
pelucas empolvadas puestas en su sitio con toda precisión, podan mirarle desde arriba
con sus gafas de abuelita.
Los vareados haban investigado muy cuidadosamente su sistema judicial. Todas las
razas tienen sus propias directrices innatas, escritas en sus genes, esparcidos por el
espiral de DNA, que les dice lo que son y qu es aquello por lo que deberan luchar.
Adems, implantado en el equipo gentico fundamental, est el conocimiento de qu es y
qu no es divertido, y una necesidad compulsiva de tener buen aspecto en todo momento
y bajo cualquier circunstancia. Debido a este imperativo racial, cuando los vareados
conocieron por primera vez civilizaciones aliengenas, se tomaron la molestia de descubrir
un sistema judicial que pudiera serles aplicado. Antes de encontrarse con otras
civilizaciones, carecan de sistema legal o judicial til para el mundo. Cuando un vareado
se senta irritado por otro vareado, le asestaba un buen golpe con la cachiporra corta, de
madera rellena de plomo, que en vareado reciban el apropiado nombre de UuQ-Olen, o
el detiene-amistades. Si a alguien no le gustaba aquello, le asestaba un buen golpe al
perpetrador, y as se expona a que le devolvieran el golpe. El detiene-amistades era la
nica forma de morir en el planeta por aquella poca, ya que la previsora naturaleza, que
no para de experimentar, les haba conferido la inmortalidad a esta raza excepto en el
caso de que fueran golpeados en la cabeza con una cachiporra de madera rellena de
plomo.
Un sistema correcto de justicia, para ellos, tena que tener buen aspecto. Aquella era la
primera consideración. En la poca actual, los vareados tenan una desesperada
necesidad de controlar el detiene-amistades ya que la población estaba declinando desde
las guerras de los aos noventa; y dieron con una combinación de varias modalidades: de
los ingleses adoptaron los estrados altos en los que se sientan los jueces, las pelucas
empolvadas y la aterradora dignidad que impregna la dispensa de justicia britnica, segn
muestran las numerosas pelculas cinematogrficas de los estudios Pinewood que los
vareados haban desenterrado de los arcaicos bancos de datos, lo nico que se haba
salvado del planeta destruido haca tanto tiempo. Nadie poda rerse de un grupo de tres
jueces como sos, pensaban ellos.
Bill no pudo controlar la risa tonta cuando vio a los tres flacos jueces con las gafas de
abuelita que asomaban sus rostros escamosos desde lo alto, con pelucas blancas en lo
alto de las cabezas puntiagudas, y un aire general de dignidad ofendida. El oficial de la
piel de oso le propinó un golpe con su codo increblemente afilado, y Bill se puso serio de
inmediato.
El juez del centro dijo, en tono sepulcral:
Deje acercarse al prisionero hasta la barra del acusado.
Bill intentó aparentar solemnidad y contrición, pero haba algo en la estrepitosa
naturaleza solemne de todo aquello, as como la sed que senta, que le hicieron decir:
Tienen aqu alguna otra barra, aparte de la del acusado? Realmente me vendra
bien un trago antes de continuar con todo esto.
Los jueces se miraron entre s. El pblico -haba alrededor de trescientos vareados que
asistan al procedimiento sentados en tumbonas- miró a los jueces. Los guardias se
miraron unos a otros. Bill les miró intrigado.
El juez del centro se dirigió al que tena a su izquierda.
Es inteligible lo que ha dicho?
Quiz podra aventurar dijo el juez de la izquierda , que el prisionero estaba
intentando decir algo ingenioso.
Eso poda habrtelo dicho yo dijo el juez de la derecha.
Quieres decir preguntó el juez del medio que el prisionero estaba haciendo un
chiste?
Imposible, s, pero cierto dijo el juez de la izquierda.
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